jueves, 2 de julio de 2009

Day 1: This is Sparta!!!



Llego a las 7:52, nos dijeron que entráramos un poco antes para que nos dieran usuarios, contraseñas y demás datos vitales. A las 8:10 sigo esperando que me situen, algunos de mis compañeros de curso están ya sentados y como nos temiamos cada uno se va a sentar en un extremo. Primer gran acierto estratégico, tienes a 20 nuevos y los separas tanto te permite el mapa. O les da exactamente igual como lo hagamos o confían ciegamente en nosotros.
A las 8:18 me sientan en una zona que parece de atención a empresas. Enciendo el ordenador y como es lógico ninguno de los passwords funciona. Viene un técnico gigante, luego otro muy canijo y al rato consiguen pasar de la pantalla de inicio de Windows.
A las 8:50 empiezo a atender llamadas. Me doy cuenta de que lo hago mejor de lo que me esperaba, aunque la sensación de inquietud que te dan los dos programas que no funcionan me pone un poco nervioso. La gente pregunta y yo voy tirando de manual. Una mujer me pregunta por el talón de pago de su factura y eso solo se puede mirar por uno de los programas que no va. Levanto la mano. La estatua de la libertad sonríe en NY, sabe que con una antorcha la postura es mucho menos ridícula. A los 15 minutos aparece un ser de silueta extraña, con cara de bulldog. Con un tono mezcla de odio e indiferencia me dice que eso no lo hacemos nosotros, que le remita a otro número. Se lo digo a la mujer (que lleva esperando 24 minutos) y esta, incrédula, me dice que es el mismo que ha marcado para hablar conmigo.

Me prometo a mi mismo no preguntar más.

Al final consigo los datos gracias al bendito manual. Levanto la cabeza para ver que tal les va a mis compañeros esparcidos por la pequeña tierra media. Las pocas caras que reconozco están flipándolo.

Esta gente nos odia a muerte. La historia es la siguiente, su empresa ha perdido el servicio que prestaban y la que nos ha contratado a nosotros se ha quedado con la campaña. La nueva empresa ha contratado a todos los que trabajaban en la antigua (que les finiquitó y estos trabajadores se han llevado una pasta)pero a estos algo les huele mal. Los cuatro desgraciados que entramos nuevos lo hacemos en horarios que muchos de estos animalitos querían y parece que tengamos la culpa. Ahora todos tenemos la misma antiguedad, así que no tienen preferencia horaria. Lo siento tanto...

La mañana sigue y voy resolviendo las llamadas como puedo, en un par de ocasiones tengo que cruzar los brazos para no levantar la mano. Una de mis compañeras de curso, la que tengo más cerca, no para de preguntar y la cara de asco con que la miran es para hacerles una foto y enviarlas a uno de esos programas de fotos de mascotas.
Si yo en 8 años de coordinador llego a atender así a algún agente incorporado ese mismo día me hubiera llevado una bronca de las que hacen historia. Aquí parece que lo raro es tratar a la gente con educación.

A las 14:00 cuando voy a firmar la salida me quedo mirando al grupo de encantos que tan amablemente nos han ayudado. La cabecilla mide 1,50 y pesa como yo. Y entonces me doy cuenta de todo. Para ascender en la empresa tienes que comprometerte a parecerte cada día un poco más a Java el Hutt.

Bajo los cuatro pisos por las escaleras, pensando en lo mal que lo pasó el pobre Han Solo, en Chewie y Leia, cuando fallaron en su rescate. En Luke y el redimido Lando Calrissian. En la estatua de la libertad, con la mano levantada y el manual pegado al pecho.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Ahora en serio: deberías plantearte publicar esto.

jesse_custer dijo...

A qué te refieres, Doc?
A que en alguien de "mi empresa" podría leerlo o a que el resto del mundo debería leerlo?

Unknown dijo...

El mundo merece leerte.

Lucía dijo...

I agree...