domingo, 27 de febrero de 2011

Luz al principio del túnel


El lunes recibo la inesperada llamada de Manpower (para ser sincero no me llama el señor Power, es uno de sus empleados) quieren entrevistarme para una de las muchas ofertas a las que me inscribí a la desesperada el día anterior. Le digo que sí. Claro que sigo interesado, me apunté hace 16 horas, soy un tipo bastante estable, pienso.
Es martes y llego unos 3 o 4 minutos antes. La oficina está en Paterna pero las indicaciones del hombre fueron bastante buenas. Punto a su favor.
Como es normal, me tienen esperando un rato, aunque la persona por la que he preguntado está delante de mis narices mirando la pantalla. Miro el reloj un par de veces, es la una y cuarenta y esta gente debe cerrar a las dos. Si ellos no tienen prisa yo menos.

Cuatro minutos más tarde el hombre está repasando el currículum que le he llevado. Asiente y pregunta cosas aisladas. Excel, Inglés. No le interesan mucho los motivos por los que no sigo en los trabajos en los que he estado antes ni pide respuestas detalladas. La entrevista acaba en menos de 10 minutos. O tiene ganas de comer o mis escuetas respuestas no le han gustado demasiado. Me sorprende cuando me dice que encajo perfectamente con el perfil que buscan y que va a hacerme una prueba de inglés para enviar los resultados junto con mi curriculum a la empresa.

Me pone delante de un ordenador, me da un password y me dice que es una prueba interactiva. A los 7 minutos parece que el sistema operativo ha terminado de arrancar, pulso el icono que me ha descrito y la prueba empieza. Pone que tiene una duración aproximada de 40 minutos. Genial, no hay nada que me apetezca más en este momento.
Las primeras preguntas son de broma. Yes, yes, yes, no, no, bla bla bla.
La segunda fase es un auténtico lío, sale un párrafo y luego hacen preguntas que no tienen nada que ver. Hay 3 opciones, así que elijo la que me parece menos marciana, hasta que a mitad de prueba me doy cuenta que en la esquina superior sale un dibujo de un altavoz vibrando. Veo unos auriculares detrás de la CPU y me los pongo. Sí, esto lleva hablando toda la fase 2.
Prueba interactiva, susurro desde la distancia mirando al entrevistador, que me hace un gesto como preguntando si todo va bien. Levanto el pulgar y asiento con la cabeza, maldiciendo en ruso transiberiano.
No veo opción de ir para atrás, así que de ya me da igual dos que dos mil. Estoy en el inicio de la fase tres, con los auriculares pegados y buscando un micrófono oculto cuando salta un error. Pantalla azul.
Me levanto para avisar, el tipo viene preguntándome si había puesto el password bien. No, lo he puesto al revés. Lo intenta un par de veces más hasta que se va a su mesa y llama al que debe ser el técnico. Al rato, sus compañeras se levantan hacia la puerta, despidiéndose hasta la tarde.
- Puedes venir a las 17:00 para acabar la prueba?
- Entro a trabajar a las 16:00. Mañana por la mañana?
- Tengo que enviar los currículums hoy - se queda mirando al horizonte un rato - Me habías dicho que hablas bien inglés, verdad?
- Me defiendo, sí.
- Bueno, pues voy a poner nivel alto. Ten en cuenta que si te llaman parte de la entrevista será en inglés, te ves preparado?
- Me veo.
- Ok, pues con lo que sea te llamo esta tarde, podrás coger el móvil?
- Sí, creo que sí - en mi trabajo actual no hay nada que hacer, pero es una información que no necesita.
- Perfecto, hablamos luego.

De camino a casa, repaso la información que me ha dado y me doy cuenta que las opciones son escasas. Según las indicaciones del sitio y las pistas que me ha dado sobre la empresa, parece que el trabajo es en LG, para la misma gente con la que hice 3 entrevistas y que luego ni me llamaron (ver posts previos) así que me lo tomo como otra mañana perdida.
A las 18:00 mi móvil vibra. Entrevista mañana, en LG.

Busco en mi bolsa las gafas de Clark Kent, aunque me da que esta vez no van a ser suficientes. Al menos podré decirles a la cara lo que sólo pude explicarles por teléfono.

lunes, 14 de febrero de 2011

Buzzer beater


Pasan unos días y los planes a, b y c se ponen en marcha.
Primera medida
Vamos a hacer llamadas salientes. De momento solo las haremos mi compañera coordinadora de la mañana y yo, cada uno en su turno compaginando nuestro duro trabajo de control de los equipos (equipos compuestos por 2 agentes por la mañana y 1 por la tarde). La idea es llamar a todos los clientes para informarles de un nuevo y revolucionario servicio. La recarga automática. Algo que ya pusieron en Vodafone hace milenios y que no le interesaba a nadie. El cliente puede programar una recarga semanal o mensual, que el sistema hace y luego le cobra por cuenta bancaria.
Problema 1:
De la gente con la que conseguimos hablar, el 20% no tienen cuenta bancaria, el 27% no entienden ninguno de los idiomas que hablamos y el 33% se extraña cuando les decimos de donde le llamamos, no tienen ni idea de la compañía que les da línea para poder llamar. Todo esto nos deja con un 30% de no contesta, teléfonos siempre apagados y pitidos desagradables.
Problema 2:
La gente no suele tener a mano el número de su cuenta bancaria, cuando consigues que alguien te escuche, te entienda y se decida a activar el servicio, no saben donde tienen la cartilla. Sumemos a eso que a los dos que llamamos nos da igual si contratan o no y tres días después tienes el resultado. El equipo de salientes pasa de dos a uno.
Total, que me ponen a atender llamadas junto con el otro agente de tardes que de momento ha sobrevivido.

Segunda medida
De perdidos al río. Como el teléfono no suena en toda la tarde, al jefe se le ha ocurrido que hagamos otros trabajos para otras empresas. Pagan 2 y sólo trabaja 1. Una de las chicas pasa a hacer encuestas de frutos secos, otra pregunta a la gente que tal fue en el taller mecánico.
A mi me han encasquetado hacer una intranet para que los que curren aquí en el futuro tengan un montón de información que no les va a servir de nada.

Tercera medida
Vuelvo a trabajar en fin de semana.
Si entre semana no llama nadie lo del sabado-domingo es para echarse a dormir. De hecho, cuando llego para el cambio de turno, la chica de la mañana está sopa perdida y tengo que llamarle al móvil para que me abra la puerta. Contramedida: El mac lleno de series y películas. Veo la muy interesante "3:10 to Yuma", la fallida "Los hombres que susurraban a las cabras" y me pongo al día con la season 2 de Fringe.
Llamadas? Sí, claro.
El domingo aprovecho para echar currículums por infojobs y el lunes llegan los inesperados resultados. Entrevista el martes en Manpower. Y el miércoles otra entrevista en LG.

Dos puntos abajo, tres segundos de posesión, un defensa encima. Cómo ganar en el último suspiro.