domingo, 5 de julio de 2009

Day 3: The Frankenstein's tactic (or How to be a Predator)



Lo mejor es pasar desapercibido. Se lo decía a mis compañeros de curso en nuestros almuerzos de tostadas y cafe con leche (o zumo). Que sepan tu nombre y poco más. Preguntar poco, mimetizarte con tu pequeño cobículo. Yo he llevado esa filosofía hasta el extremo, tanto que el segundo día trajeron el contrato para que lo firmáramos a la salida y todos lo hicieron menos yo. No hacer ruido. Entrar y salir.

La mañana pasa relativamente rápida, el descanso de 20 minutos es muy entretenido, uno de mis colegas de promoción está deseando que lo tiren desde última palabra de la primera llamada que atendió y me cuenta las barbaridades que va haciendo. Llamadas de 35 minutos, irse en pausa en lugar que en descanso...No quiero desanimarle, pero me temo que si se ahorcara con el cable del teléfono solo se darían cuenta porque la persona que ocupa su sitio por la tarde se quejaría de que está ocupado.

Yo tengo otro tipo de problemas. Mis llamadas son rápidas, puede que demasiado. La gente a la que me toca atender se queda contentísima, pero como el sistema va cuando le apetece y tampoco lo controlo demasiado, hay veces que me dejo las cosas a medio hacer. Solución: he descubirto un nuevo modo de pausa. "Trabajo administrativo" se llama. De momento lo he utilizado un par de veces y nadie me ha dicho nada, así que hasta que llegue el toque de atención pulsaré el botón en situaciones desesperadas.

Ah, y he levantado la mano, no he podido evitarlo. Pregunto a un tipo rapado, con cara de jugador de baloncesto serbio. No sé si es coordinador, supervisor o jefe supremo de los operadores de la Haya. Pero puedo asegurar que es la alegría hecha carne y hueso. La cosa ha sido más o menos así:

- Hola. Mira, a esta mujer le han cortado el suministro por deuda y ha pagado, quiere que le volvamos a reconectar...
- ¿Tienes el manual?
- ¿Cual de los dos?
- Los dos.
- Sí.
- Busca "devolver a la vida" y así es como se hace.
- Genial. Muchas gracias.

La respuesta me suena del curso, sé que lo hemos dado pero son 900 páginas y a la 400 me pregunto si el tipo no tiene ni idea de como se hace o si su madre lo abandonó en la puerta de EuroDisney y lo han criado personas disfrazadas de ratones gigantes. Decido que paso de seguir buscando, si al calvo no le importa si lo hago bien o mal a mi menos.

A la salida, mi compañero de almuerzos me comenta que han empezado la segunda ronda de cursos de incorporación, que en lugar de durar mes y medio duran dos semanas.
Parece que alguien se ha decidido a pensar con un poco de lógica. Total, se van a enterar lo mismo y van a dejar de perder cuatro semanas de sus (seguro) interesantes vidas.

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