viernes, 18 de enero de 2013

En modo Berserker



Que conste en el necronomicón que escribo esta entrada con la sangre calentita, casi hirviendo. Dentro de unas horas seguiré pensando lo mismo, en lugar de decir puta ignorante diría pobre retrasada, pero los conceptos y la esencia es la misma.

Uno intenta mantener un perfil bajo. Que hay que atender cuatro chats a la vez? Se hace. Que esos cuatro tienen que irse contentos, mientras tu pillas a otros cuatro? Se van contentos. Que aun así tienes que soportar que cada cierto tiempo venga alguien y te dice que atiendas una llamada con tus cuatro chats en marcha? Se atiende. Pero claro, todo tiene un límite.

Si todo esto lo hicieras en un sitio donde a todos se les exigiera lo mismo, pensarías "joder, que explotados estamos". Si lo haces mientras el resto del mundo sólo atiende una llamada detrás de otra, dedicándole toda su pachorra y serenidad, ya empiezas a mosquearte. Si esos mismos se dedican a decir que que bien viven los dos pringados del chat (los dos y medio, si contamos a alguien contratado para atender a grandes cuentas que lo que menos hace es atender a grandes cuentas y lo que más hace es limpiar la mierda de alguien que cobra bastante más) porque no tienen que atender llamadas ya empiezas a verlos como ratas.
Lo gracioso es que esas mismas personas de vez en cuanto contestan emails de los clientes y analizando sus respuestas y las valoraciones de los clientes que han hecho las preguntas, llegas a la siguiente conclusión:

1. No saben leer.
2. No saben escribir, no sueñes con que sepan redactar con algo de sentido.
3. Acentos? Comas? Superman?
4. Me preguntan como arreglar una tele? Le respondo que no pueden pilotar un avión.


Lo último ha sido que estos personajes han elegido unos representantes, que teóricamente son la cara de los trabajadores frente a la empresa. Un chimpancé con un sombrero y un ornitorrinco cojo me representarían mejor. El único consuelo es que esas reuniones deben ser épicas. Hambre vs ganas de comer.

Si todo esto ya te dan ganas de despertarte para llegar a tan idílico lugar, hay un aliciente más.
Se llama, "interpreto el convenio como me sale del mismísimo"
Eres un baboso, le dices cosas bonitas a un hipopótamo con el pelo teñido, a una tipa que parece un caballo y sonríes ante cualquier estupidez sin gracia?
Felicidades, tienes el convenio rosa. Puedes irte a comer mientras tienes a dos clientes con los que has iniciado una conversación esperando, dedicar el 70% de tu jornada a hacer tu página web (que por supuesto, no tiene nada que ver con la empresa) y hacer llamadas a todas las personas que conoces.
Rechazas las insinuaciones de una "superiora" y pasas de seguirle la tontería?
Lo sentimos, tienes el convenio marrón. Respira un día mal, equivócate en cualquier tontería y te amonestamos.
Y luego está el convenio negro. Las páginas se escriben sobre la marcha. No entran chat aunque tu estes conectado? Te amonesto por no haberte preocupado en averiguar que pasa.

4 coordinadoras para 40 personas y el que está en el chat se tiene que preocupar en averiguar que pasa.

El lunes será otra semana y todo seguirá igual. La Gremling seguirá quejándose a grito pelado de que los clientes le hablan mal y en sus pausas llamará a otros servicios de atención al cliente para llamar incompetentes a los agentes que le atienden. La palurda seguirá contestando que un avión de papel no tiene conexión internet cuando en realidad le están preguntando como conectar unos altavoces a su tele. La psicópata seguirá cerrando consulta poniendo que ya ha informado por teléfono al cliente y a los 10 minutos el mismo cliente entrará en el chat diciendo que lleva casi una semana esperando que le llamen.