jueves, 30 de mayo de 2013

Mecánico(s) de confianza ciega



Es un viernes de los que salgo pronto, hace 2 meses que debería haber pasado la ITV y estoy cerca de tener que frenar como Pedro Picapiedra, así que decido llevar mi moto al mecánico más competente que conozco.
Entro y el chico que me cambió un par de veces la rueda y me arregló la cadena no está, en su lugar hay un señor mayor que recuerda al Geppetto de Disney y un tipo de metro y medio que con una barriga considerablemente gigante.

 - Hola, traía la moto para que me la preparéis para pasar la ITV y de paso cambiar las pastillas de freno y la bujía.
- Sí, para pasar la ITV - dije Geppetto.
- Sí, la ITV - respondo
- Quieres que te ponga un tope?
- Sí, la idea es ir a pasar la ITV con esperanza de poder pasarla.

Me mira y asiente con la cabeza. Es absurdo que una moto con todo piezas originales, que corre tal y como Peugeot la trajo al mundo, tenga que ser capada para pasar la prueba de turno. Cómprate un Ferrari que corre 300 por hora pero para pasar la ITV sólo puede correr 150. Se liaría Panda.

- Si la dejas hoy el martes por la mañana la tienes.
- Perfecto.
- Tengo a este chico aprendiendo, te va a tomar los datos.

El chico es el hombre redondo, me mira y sonríe, con ese tipo de sonrisa con la que un psicópata miraría a algo inocente. Le digo que qué datos necesita y me pide la documentación de la moto.

- Para qué?
- Para apuntarla.
- Para apuntarla para qué?
- Para tenerla.

Como sigue sonriendo y me da igual que la apunten, rebusco en mi bolsa y se la doy.


Es martes y voy a por mi moto. Cuando bajo del autobús me acuerdo que no tengo retrovisor derecho, algún gracioso intentó robarlo y se llevó el espejo y medio hierro. Llego y no está el hombre mayor, sólo el chico aprendiz.

- Hola, vengo a por mi moto pero acabo de acordarme que no tengo retrovisor - señalo al trozo de hierro.
- Ah.
- No sé si pasaré la ITV sin ese espejo.
- No sé - dice, con esa sonrisa pedófila.
- Os comenté que traía la moto para pasar la ITV?
Como respuesta, sigue sonriendo.
- Bueno, la puedo dejar otro día y así me ponéis unos retrovisores nuevos.
- Espera que voy a ver si hay por aquí.

Entra en una zona oscura a la que no me acercaría ni con Batman a mi lado y empieza a rebuscar. Saca unos 20 retrovisores del lado que falta.

- Creo que sería mejor poner dos iguales, ya puesto me da igual pagar los dos.
- Dos iguales?
- Bueno, uno para la izquierda y otro para la derecha.

Parece que le ha gustado el comentario, consigo que sonría un poco más inquietantemente. Le digo que cuando tenga los retrovisores me llame.

Es viernes, voy a por mi moto. Los retrovisores no tienen mala pinta y parece que todo está bien. Me dice que ha puesto los topes, que cuando pase la ITV vuelva y en un día me los quita. Como es pronto me animo a pasar la ITV sin cita previa y en una hora y algo de espera y una visita rápida a una gasolinera para cambiar la bombilla trasera fundida (vuelvo a preguntarme que entenderá este tío cuando alguien le dice la frase "preparar una moto para pasar la ITV") ya me puedo olvidar hasta dentro de un par de años.

Pasa una semana y cuando mi horario vuelve a ser de persona normal voy a que me quiten los topes.
Entro y hay dos chavales. Ni rastro de Geppetto o de Mr. Sonrisa.

- Hola, traje la moto para prepararla para pasar la ITV y quería que me quitarais los topes.
- La trajiste aquí?
- Aquí o a un universo paralelo donde otras personas llevan este taller.

Se quedan como flasheados y uno de ellos sale a buscar al jefe. Geppetto o Big Smile, pienso. No, no es ni uno ni el otro. Es un tipo con mono azul clásico (sucio) que me dice que le deje las llaves y que vuelva mañana.

Es mañana. En el autobús pienso en quién me atenderá. En qué ha pasado con Big Smile, con Geppetto, en quién son esos dos chavales, en si el jefe es el jefe o es el arquitecto.
Llego y hay un niño de unos 12 años con una llave inglesa mirando una moto. Espero a ver si hay un adulto cerca pero en 2 minutos no aparece nadie.

- Hola, vengo a por mi moto. Ayer me dijeron que volviera hoy, había que quitar unos topes.

El niño no dice nada, sale a la calle y vuelve con uno de los chavales que estaban ayer (o eso creo, soy malo recordando caras y dimensiones alternativas) Me dice que ya está, me da las llaves y por un segundo dudo en preguntar quién es quién, a quién o qué me encontraría si volviera mañana. Decido irme con viento fresco (y algo más rápido)

Como si has llegado hasta aquí eres una persona inteligente, monta tu propia explicación. Yo ya tengo un par (sí, ambas bastante inquietantes)











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