sábado, 1 de mayo de 2010

Tiempo muerto


Han pasado tres semanas y esto es un aburrimiento.

En principio nos iban a dar un curso de 5 días (no pagado), pero al tercero ya no tenían nada más que contarnos. Nos lo daba una de las dos coordinadoras. Dice que coincidió conmigo en la época de Vodafone y le creo, mi cerebro no es capaz de recordar a todos los que han pasado por allí.
Al segundo día ya estaba pidiendo la hora.

- ¿Y vamos a estar aquí 5 días en turno partido? Ya no queda mucho que explicar...
- Tienes razón, es demasiado tiempo. Le preguntaré al jefe a ver.
- ¿Pero entonces vamos a empezar antes? - mi único compañero de clase no había trabajado en atención al cliente en su vida, pero ponía una cara de emparrado que si la formación durara 30 días solo le causaría más desconcierto.
- Antes empezamos, antes cobramos. - sentencio.
Parece que ese argumento acabó de convencerle.

Al día siguiente nos dicen que empezamos mañana, así que nos pasamos la jornada escuchando a los que ya están trabajando. En el turno matinal hay cierto ritmo, pero por la tarde entran poquísimas llamadas. Además, por lo que oigo esta gente no tiene mucha idea de lo que está haciendo. Me aseguro preguntando a la chica con la que me han colocado.

- Empezamos haciendo solo recargas y hace diez días nos han pasado el resto de operaciones.
- ¿Y cómo va la cosa?
- Vamos aprendiendo cosas día a día.

En resumen, que no se enteran de nada. Conozco esta canción, la tatareo y me siento mucho más seguro.

Mi primer día de trabajo tardo diez minutos en recibir la primera llamada. Me levanto.
- ¿Esto es normal?
- ¿El qué? - Me pregunta la coordinadora de tardes.
- Me he conectado pero no me entran llamadas - saca un par de pantallas en mi ordenador y asiente.
- Sí. Estás bien logado.
- Ok, gracias.

Ocho minutos después de colgar entra la segunda. El resto de la tarde es así, hasta las dos últimas horas que la frecuencia de entrada de llamadas se ralentiza todavía más. Por lo que me han comentado mis nuevos compañeros todos los días son así. Genial.

Al tercer día, cuando el gran jefe ha abandonado el edificio (planta baja, en este caso) decido sacar el movil y ponerme a leer con el Wattpad. Es así hasta hoy, desde las 19 a las 22 he leído "invisible" de Paul Auster, "Tokyo Blues" de Murakami y "el bosque" de Harlan Coben.
La única que parece agobiada es la coordinadora, que siempre está de un ordenador a otro, sacando informes de aquí y de allá. De vez en cuando resuelvo las dudas de mis compañeros, que para no agobiarla me preguntan a mi.
Un 50% de las llamadas son en inglés, de las cuales el 70% son de gente que no sabe inglés. Rumanos, nigerianos, árabes. Son llamadas difíciles de descifrar, porque la conversación es una mezcla de idiomas. Cuando no entienden lo que les dices en inglés ellos mismos cambian al español, después vuelven al inglés, sueltan alguna frase en su idioma natal e imagino que también intentan el leguaje de signos. Cuando entra un británico llegas a emocionarte. Gente que pide hablar en inglés porque habla inglés. Hasta los yankies suenan a coro celestial.

Todo transcurre entre el aburrimiento y la lectura. Una vez adaptado al ritmo de crucero el trabajo no está nada mal. Seis horas con plus de idiomas son casi como ocho normales.

No, esto no puede durar mucho.