lunes, 11 de enero de 2010

El abrazo de Gamera


Tres meses antes:

- Yo sobre todo busco estabilidad, en mi actual trabajo cobro poco pero soy indefinido.
- No te preocupes por eso, todas nuestras campañas duran años. No hemos tenido ninguna que haya durado unos meses.


Ahora:

Nos acaban de llamar a Panda y a mi al despacho, cuando entramos nos espera el supervisor y la jefa de servicios.
- ¿Ya nos vais a despedir? - pregunta, bromeando.
- Casi casi - digo, inocente.

Nos invitan a sentarnos con la sonrisa en los labios.

- No os vamos a despedir pero tenemos dos buenas noticias y una mala.

A ver.

- La primera buena es que el cliente está muy contento con los resultados, nos ha felicitado por el trabajo que hemos hecho.
- ¿Y la mala? - pregunto.
- La otra buena es que nuestra empresa está muy contenta con vosotros, habéis hecho un gran trabajo.
- Pero...-dice Panda.
- El tiempo del proyecto piloto ha terminado y el cliente de momento ha decidido parar el servicio. No nos ha dicho cuando va a reanudarlo o si tiene intención de hacerlo, pero las sensaciones que tenemos son buenas.

Las sensaciones que yo tengo en este momento son variadas. Estamparle el monitor que tengo delante en la cabeza, clavarle los clips que hay en el bote de mi izquierda o hacerle tragar el puñado de caramelos que está a la derecha. Mientras me pregunto que pasaría si materialmente pudiera hacer las tres cosas a la vez sigo con mi cara de poker.
La jefa sigue hablando pero para mi solo son sonidos incómodos a los que no presto atención mientras me pregunto si el cuadro en relieve será de mármol. Demasiado contundente.

Cuando vuelvo a escuchar nos están tirando del despacho, yo con mi pareja de doses y el panda sobreactuando. No more nice guy, pienso.

- Santi, te lo has tomado muy bien.
- Fenomenal.
- Supongo que estarás acostumbrado a estas cosas.

Sí, estoy acostumbrado a que me tomen el pelo. Salgo del despacho con mi resistencia al límite y llego justo a cerrar la puerta hasta el "maldita hija de satanas" sale de mi garganta.

Lo mejor son las instrucciones. Se lo van a decir a los agentes en unos minutos, la idea es que trabajemos hasta el viernes (hoy es miércoles) y que acabemos la campaña con la misma ilusión con la que hemos trabajado todos los días. Somos profesionales.

Los dos últimos días son un cachondeo. Mi ilusión por no hacer nada en las 16 horas que me quedan es de alto nivel, casi profesional. De los 6 agentes que quedan solo uno llama al principio del jueves, durante un par de minutos sigue las indicaciones que se dieron en la ridícula reunión. Curiosamente, hacemos un montón de ventas (que nos busquen si quieren).

Los agentes se van con la promesa de que se incorporarán en breve en otros servicios, les dan una hoja no vinculante (algo que han repetido hasta 10 veces en el momento de la entrega). Sí, podéis usarla si no os queda papel higiénico. Al Panda y a mi no nos dan ni eso. Ni promesas de que nos llamarán, ni opciones de entrar en otras campañas.

Cuando entramos en el despacho para despedirnos por última vez todo transcurre como en las 60 noches anteriores. El Panda hace un resumen del día, intenta soltar un par de bromas cargadas de verdades y yo sigo callado.

- ¿Cómo estás? - me pregunta la jefa.
Me planteo por un segundo el decirle cuatro cosas pero no merece la pena.
- Muy bien - digo. Ni sueno enfadado.


Tres meses antes:

- Además, en caso de que la campaña no funcionara siempre queremos gente con tu perfil en nuestros equipos. No te quedarías sin trabajar, seguro.


1 Mes y 17 días de paro left.

1 comentario:

karenina dijo...

Viva 2010! Año nuevo, vida nueva...y lo sabes.