jueves, 20 de septiembre de 2007

Mercedes Mila, cuando nadie se cree alguien



Que la tele está llena de mierda no es un secreto, solo hay que apretar el botón y ver lo que ponen. Hace unos días volvió el reality por excelencia, ese programa donde encierran a un puñado de monos y les ponen plátanos. Nada que objetar al circo, quien quiera que lo vea y quien tenga cerebro que piense. El problema del show es la presentadora.
Si tu vendes mierda y te haces de oro genial, bien por tí. Pero no intentes vendernos que eres una periodista y vas de investigadora que no cuela. Solo verla cinco minutos dan arcadas, con esa prepotencia y ese "dominio" del plató. Menos mal que se junta con personajes aún más tontos que ella misma (sí, existen), así no hay argumento ni nadie que le diga lo pasada de rosca que está.

Es curioso como alguien a fuerza de repetir que lo que hace es bueno acaba creyéndoselo. A ver para cuando empieza una de sus campañas salva-el-mundo. "Psiquiátricos abiertos" se podría llamar. Exito seguro, Mercedes.

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